Corrupción a diestra y siniestra, como un
cáncer letal, puro el ébola, desangrando y matando a nuestro bello país,
atacando sus recursos, desangrándolo, muriendo lentamente.
Ahora bien, como Guatemaltecos decentes que
queremos un mejor país, es NUESTRA responsabilidad y documentarnos, educar e
instruir respecto a los candidatos que están peleando por la carcomida guayaba
de la presidencia.
Es obligación nuestra hacer conciencia a las
personas que en la lucha para el poder tenemos prácticamente a los jinetes del
apocalipsis; mientras lo que necesitamos es gente honrada, civilizada y que su
sueño y planes vayan orientados a ver un país libre de lacras sociales y
sanguijuelas aprovechadas que solo buscan su beneficio personal al estar en
estos puestos públicos.
Estamos a tiempo, aún se puede rescatar y
erradicar este cáncer; pero la medicina la tenemos nosotros, los Guatemaltecos
de bien, somos los que podemos marcar la diferencia; pero no marcaremos esa
diferencia si actualmente estamos en completa indiferencia.
Evitar el apocalipsis que se ve venir, dependerá
de nuestras decisiones. De nosotros depende el cambio de rumbo y el destino de
Guatemala. Pero como bien decimos en la jerga chapina “Pongámonos pilas pues
muchá” y salgamos de este limbo y elijamos los caminos de prosperidad y paz
para nuestro país que ya ha sufrido lo suficiente.
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