Luego aparecen los espíritus del
pasado, presente y futuro; quienes le hacen ver su vida desde otra perspectiva
y que le van enseñando a valorar lo que él ha desperdiciado a lo largo del
tiempo; tan así que luego del recorrido que le hacen estos espíritus al final
recapacita y decide aprovechar esta nueva oportunidad para hacer el bien y
dejar de estar fastidiando a los demás.
¿Cuántos hablan de amor al
prójimo y de ayudar a los necesitados? Cuando andan buscando la oportunidad de
hacerle la vida imposible a los demás.
¿Cuántos dan gracias a Dios por
lo que tienen y que les siga bendiciendo con prosperidad y abundancia?... si a
los que necesitan ayuda los miran con menosprecio y no hacen nada por apoyarles
aunque sea con una frazada o un tamalito.
¿Cuántos hablan y hacen el “mate”
de ir seguido a misa, andar en posadas y rezar coronas de adviento? Y a lo
largo del año se han mantenido alejados de los preceptos religiosos de amor y
respeto al prójimo.
En donde el mensaje, tan sencillo
como decir, ¿cuánto es una manzana y le pones otra a la par; entonces cuántas
manzanas son?
Y este es… “ Ama y trata a tu
prójimo, como a TÍ te gustaría que te traten y como te gustaría que traten a
tus generaciones”
“No seas el amargado que busca
cómo joder a los demás. Sé el cambio que provoque una reacción en cadena que
permita a las personas vivir felices e inspiradas con lo que hacen.”
Tratemos a los demás, como nos
gustaría que nos traten a nosotros.
No seamos el “Scrooge” en la vida
de la gente.
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