“Una limosna para Susanita”, título de uno de los capítulos de un libro
que escribí hace un par de años; en donde relato el abuso por parte de padres
irresponsables en mandar a pedir dinero a su pequeña hija en la parada del
semáforo, mientras que ellos debajo de un árbol con sombra, degustan
placenteramente de un plato de comida mientras la hija fajándose bajo el sol.
Ahora hace unas semanas, resulta que aparece una banda que se dedicaba a
explotar niños para vender cualquier cosa para luego darle el dinero a sus
irresponsables padres que conscientes de la situación, “venden o alquilan” a
sus pequeños niños para que ellos puedan ganarse el dinero gratis. No solo hay
que castigar a los de las bandas organizadas, sino también a los padres de
estas criaturas quienes aprueban esta situación.
Otros que bien bailan, son los que toman carreteras, quienes no tienen
los dedos suficientes de frente para racionar y darse cuenta que esa su
actividad hace que el país pierda millones de nuestros devaluados quetzales por
todas aquellas personas e industrias que se ven paralizadas ante estos actos de
“TERROR” que realizan en las carreteras y digo TERROR, porque a cualquiera que
ose pasarse estos bloqueos se arriesga a que la ira de estas personas se descargue
contra el ciudadano que si quiere hacer cosas productivas y no hacer bloqueos
para recibir un dinero de gratis, ejerciendo esta presión innecesaria, cuando
hay otros métodos de lograr el diálogo sin afectar más a nuestra bella
Guatemala y sin agredir y afectar a los ciudadanos que SI queremos hacer un
mejor país.
Guatemala es una país lleno de bendiciones, un país con recursos; pero
un país donde TODOS tenemos que poner nuestro grano de arena. Eduquemos y
respetemos a nuestros niños, ellos son la semílla que estamos preparando para
que su fruto se de abundancia y prosperidad, si sembramos buena semilla, buen
fruto tendremos.
Si vamos a protestar, hagámoslo sin afectar a los demás, respetemos la
libre locomoción del ciudadano.
Por favor señores del gobierno, no propicien la inconformidad del pueblo
con esos actos de corrupción y falta de
transparencia que día a día realizan. No abusen de la nobleza del guatemalteco.
Todos podemos hacer un mejor país, y que pena que tengamos guatemaltecos
que se sientan más identificados por esa ambición de poder y dinero que por
tener un país rico y próspero.
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