En tierra de nadie, como las almas en pena tal
cual el vivo purgatorio, penando por ver quién se queda con el poder,
desgarrándose las vestiduras por tener listo su terreno para asegurar su puesto
para las próximas elecciones; lucha despiadada sin clemencia, lucha sin
cuartel, bárbaros y mercenarios, de la peor lacra política que tenemos en el
país.
Corrupción a diestra y siniestra, como un
cáncer letal, puro el ébola, desangrando y matando a nuestro bello país,
atacando sus recursos, desangrándolo, muriendo lentamente.
La población perdida en una gran nube gris, que
entre tanto tema social, violencia, extorsión; la desesperación le podría
provocar votar por el primer aprovechado que salga con promesas y ofrecimientos
de salvación del pueblo y la gente vaya a las urnas y se vaya de boca y de su
elección a otro jinete del apocalipsis que termine de pisotear y hundir mas a
este pueblo que ya ha tenido suficiente con pésimos gobernantes y diputados que
puras sanguijuelas llegan al congreso para saciar sus ansias personales.
Ahora bien, como Guatemaltecos decentes que
queremos un mejor país, es NUESTRA responsabilidad y documentarnos, educar e
instruir respecto a los candidatos que están peleando por la carcomida guayaba
de la presidencia.
Es obligación nuestra hacer conciencia a las
personas que en la lucha para el poder tenemos prácticamente a los jinetes del
apocalipsis; mientras lo que necesitamos es gente honrada, civilizada y que su
sueño y planes vayan orientados a ver un país libre de lacras sociales y
sanguijuelas aprovechadas que solo buscan su beneficio personal al estar en
estos puestos públicos.
Estamos a tiempo, aún se puede rescatar y
erradicar este cáncer; pero la medicina la tenemos nosotros, los Guatemaltecos
de bien, somos los que podemos marcar la diferencia; pero no marcaremos esa
diferencia si actualmente estamos en completa indiferencia.
Evitar el apocalipsis que se ve venir, dependerá
de nuestras decisiones. De nosotros depende el cambio de rumbo y el destino de
Guatemala. Pero como bien decimos en la jerga chapina “Pongámonos pilas pues
muchá” y salgamos de este limbo y elijamos los caminos de prosperidad y paz
para nuestro país que ya ha sufrido lo suficiente.
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