Este relato es una especie de consejo para la sociedad y que también deja una moraleja subliminal a las autoridades gubernamentales. Pero bueno, léanlo y luego sacarán sus conclusiones.
EL GLOTON DE LA FIESTA
Por tradición e historia, nuestra cultura está relacionada en que, en cada acontecimiento en nuestras vidas; ya sea amigos, familia, vecinos, etc. ya sea para buenos o malos momentos, en donde normalmente y principalmente, tiene que existir comida y abundante "guaro".
Esto conlleva a realizar un gasto, y normalmente nunca faltan aquellas frases que siempre han desencadenado ciertos roces, principalmente en el momendo de desarrollar el listado de las personas a las que se tiene pensado invitar:
- Invitemos a fulanito, ya que el siempre pregunta por nosotros.
- Invitemos a menganita, porque hace cinco años nos invito a la fiesta de sus hijas.
Para no hacer inteminable este listado, siempre se termina invitando a personas que uno ni siquiera conoce, y que , solamente hay que sonreír y resignarse a que se ha invitado a gente que no ha estado en las vivenciaas del acontecimiento que se está celebrando.
"Estos cabrones nunca nos dirigieron la palabra y mucho menos preguntaron por nosotros, pero como son los mejores amigos de mi tanta, entonces los tuvimos que invitar".
Para no hacer cansada la cosa, resulta que así fue el caso del vecino de MI CUATE, quien al celebrar la boda de su hija, hizo preparativos para una fiesta inolvidable, en la cual tenía pensado invitar únicamente a aquellos que siguieron de cerca a la pareja, el desarrollo del noviazgo, compromiso, proceso u preparativos para la boda, es decir, algo bastante íntimo. Celebración con aquellos quienes estuvieron siempre al lado de los nuevos esposos.
Pero mientras tanto, la familia de la novia como la del novio, iniciaron con aquello de:
"A mi primo, quien a su boda, hace cinco años, me invitó, lo tengo que invitar; no sé que será de él, pero me las ingeniaré para ver como lo localizo porque... pobrecito.... "
"A mi amiga aquella del colegio, que espero no se haya muerto, pero voy a ver como la localizo"
Así inició el drama hasta convertir un listado presupuestado de unas cien personas, a un listado de más de quinientos invitados.
Así fue, invitaron alcírculo íntimo de amistades. Pero también se le tuvo que decir a los "otros" invitados desconocidos, invitados de compromiso, con el objetivo de mantener las relaciones.
Con la suerte del caso, MI CUATE, integrante del círculo íntimo, fue invitado en compañía de su señora esposa. Los hijos en casa, decía; a las fiestas de adultos no hay que llevar niños.
MI CUATE, se caracterizaba, como muchas otras personas, por cumplir un protocolo para este tipo de eventos, ya que le decía a su esposa: "Nunca sabes a qué te podrás enfrentar, ni que cosas puedan surgir.
Siempre ensayaban durante el trayecto, el protocolo de etiqueta a seguir:
- Llegar Puntual: por lo menos 10 minutos antes
- Comer algo antes de salir a la reunión, para no servirte una torre de comida, probando cada platillo del menú.
- Al llegar al evento, ir directamente a saludar a los anfitriones.
- Ubicarse en las mesas adecuadas para invitados y los que no tengan el rótulo de "reservado".
- Respetar la ubicación de las viandas que están puestas estratégicamente al centro de la mesa, para que todos puedan servirse sin ningún problema.
- No beber más de cuatro bebidas alcohólicas durante la reunión. (no hay que hacer clavos)
- No alegar ni hacer mala cara, ni mucho menos comentarios negativos por el simple hecho de que no estén dando bebidas alcohólicas. ("mierda, no hay trago")
- No hablar mal de otras personas, podrían ser familiar o conocidos de alguien de la mesa. (Mirá a esa vieja, con ese sombrero y esa cara parece pijije...... y que resulte ser que el de la par te diga.. ¿Tan fea viene mi mamá?
Es un hecho que para estas reuniones, le ducación y el sentido común son grandes aliados para evitar hacer algún tipo de clavos.
La cosa es que, para iniciar el protocolo, MI CUATE y su esposa, tomaron un plato de cereal antes de salir de la casa; tomaron sus cosas y subieron al vehículo para trasladarse ala reunión en un hotel exclusivo de la ciudad capital.
Al ingresar a las instalaciones y ubicar el salón en el que se desarrollaría la fiesta, tuvieron al dicha de encontrarse con los anfitriones, quienes se mostraron muy agradecidos por la asistencia tanto a la iglesia, para la ceremonia religiosa; así como llegar tan puntuales a la recepción en el hotel.
Luego del afectuoso saludo, muy amablemente los llevaron hacia las mesas que se encontraban reservadas para los invitados especiales, en la que iban a compartir con otros amigos cercanos a la familia. El ornamento de la mesa era de ensueño; mantel de seda blanca, servilletas blancas insertadas en un aro plateado, cubiertos de plata y vajilla original china.
En el centro de la mesa se podía apreciar el plato de tentempiés (boquitas), queso crema con nachos, tallos de apio y rayas de zanahoria; escudillitas con caviar. Y no digamos la gran botellota de whisky cinta azul, con sus respectivas aguas soda para acompañarlo o solo con hielo, al estilo escocés.
MI CUATE se sentó saludando educadamente al grupo de cinco personas que ya se encontraba instalado en la mesa, saludo que no fue devuelto con la misma cortesía. Adicional, la inconformidad del grupo que se sintió como "invadido" por estos "dos extraños en nuestra mesa".
Repentinamente, el "lider" de ese grupo, un caballero de mediana edad, de corpulencia obesa, piel blanca y mejillas rojas y pronunciadas, tomó el plato de tentempiés y el whisky y se los llevó cerca del grupo de cinco. Solamente se alcanzó a escuchar en los murmullos: "Las bocas y el trago es para nosotros muchá"
Durante las primeras dos horas de la reunión, MI CUATE y su esposa no habían porbado bocadillo y mucho menos habían bebido algo, obviamente, por educación, solo se dedicaron a "admirar" el espectáculo que brindaba el personaje y sus amigos, quien el azafate de boquitas lo tomó como si fuera el plato fuerte y se los devoró todos; sin dejar rastro alguno, y lo que menos hizo fue ofrecer a los demás participantes de la mesa.
MI CUATE, algo molesto, se acercó educadamente al glotón y le solicitó de lo poco que había quedado de las gaseosas y el whisky; para poder ofrecer a los otros "extraños" recién llegados a la mesa y que también estaban sorprendidos por semejante espectáculo.
El Glotón, accediendo, y no con muy buena cara, le dijo a MI CUATE: "Me hace un favor? cuando temrinen de servirse me puede devolver la botella.?"
Espanto total. Un monstruo, un antisocial que seguramente nunca tuvo una guía de comportamiento social; seguramente durante su infancia se alimentaba encerrado en su dormitorio.
Igual a estos individuos, encontraremos más monstruos que tendrán características similares y censurables en cualquier tipo de evento social. En piñatas, padres que dejan que sus hijos grandes empujen a niños pequeños; cenas familiares en las que llega aquel pariente, que sin esperar que anuncien la cena, ya está metiendo las manos en los platos servidos para probar la comida.
Y así muchos otros casos mas. Pero no todo es mal, aún hay personas que realmente son dignas de que se les levante un monumento a la hospitalidad, servicio, educación y cultura.
Estas personas que hacen necesariamente posible para educar a sus hijos y a los hijos de sus hijos, con la finalidad que en un futuro, esta cultura y educación se expanda y aprendamos como comportarnos ante los demás y enseñar a la gente a comportarse.
MORALEJA PARA EL GOBIERNO:
NO SEAN GLOTONES CON LOS RECURSOS DEL ESTADO; LOS CUALES PROVIENEN DEL PUEBLO. NO SEAN COMO EL GLOTON DE LA FIESTA, QUE SE SIENTA Y TODO LO DE LA MESA LO COLOCA FRENTE A EL PARA DEVORARLO.