Pasó el fiambre, se dejó venir la
“quema del diablo” (tradición casi dejada al olvido), donde en mis tiempos de
infancia recuerdo las barranqueadas para ir a recolectar chirivisco con los amigos
de la cuadra y luego prepararnos para quemar los “cuetes” de las seis de la
tarde y echarle fuego a todo el monte recolectado, todo esto en compañía e
ilusión de la familia esperando la hora. Pero que últimamente por el ritmo de
vida, más comercial y laboral, ahora son pocas las familias que se reúnen
aunque sea para disfrutar un plato de buñuelos o un sabroso tamal con ponche.
Posterior a la "quema", esta celebración prácticamente es
el preámbulo para lo que se deja venir, la Navidad y el Año Nuevo; en donde aún
se dejan ver en algunos lugares las tradicionales posadas; en donde las
imágenes de María y José; cargadas en pequeñas andas, son acompañadas bajo el
ritmo del “tucu-tí-cutu” de los caparazones de tortugas y el sonar de los
“chinchines”, así como los cánticos de la temporada; van recorriendo calles y
avenidas de barrios o residenciales; en la actualidad en varios lugares hasta
en carro las llevan con el sonar de las bocinas de los vehículos.
Ahora a espera de la Nochebuena,
Navidad y Año Nuevo; reunión en familia y amigos, del abrazo, de los sueños, de
la esperanza de un mejor porvenir para el 2014.
Si bien es cierto, que el día a
día para cada quién es diferente y en donde las actividades absorbentes y que
pueden llegar a agobiar a mas de alguno; una cosa es cierta, los seres queridos
son lo más importante, el compartir con
ellos y brindarles afecto.
Es el descubrir que las
preocupaciones y afanes del día a día son pasajeros y son pruebas que tenemos y
que vamos a superar, muchas difíciles, otras más accesibles. Pero son
situaciones que no nos deben inquietar ni alejar de los nuestros, sino al
contrario, tomarnos el tiempo de dar gracias a Nuestro Creador y acercarnos más
a nuestras familias, amigos y seres queridos.
Vivamos estas fiestas en unión familiar
y fraternal, sin olvidarnos que también hay hermanos guatemaltecos que se
encuentran en necesidad y con los que hay que compartir y por los que hay que
orar.
Seamos optimistas, el año
venidero dependerá de cada uno de nosotros en tener una Guatemala mejor, que
nuestro creador bendiga a todos los guatemaltecos.
Feliz Navidad y Próspero Año 2014
Roger Castañeda Campollo
@rhcastaneda
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